viernes, 11 de enero de 2008

El Apocalipsis

Mi sobrina de 10 años me sorprendió hace unos días con una pregunta (de aquellas incómodas de responder a un imberbe) sobre el libro del apocalipsis: ¡¿tío, que es el apocalipsis?!; casi me atragantó el vaso con agua que ingería en ese momento, pero luego de meditar sobre ella, le pedí que me diera un tiempo para responderle.

Pasado el respiro obligatorio y luego de armarme de paciencia, comencé una disertación lo más simple posible sobre lo que dice las escrituras y la revisión de las perspectivas teológicas y científicas del tema. Al finalizar, ella misma concluyó lo que la mayoría de las personas pensantes maduran relativo al fondo y no a la forma: la biblia son escritos antiguos e interpretaciones de sabios y profetas de la época, donde se funden las creencias y la historia de eventos sucedidos -reales ó imaginarios- que llegó a nosotros a través del compendio de escrituras que la conforman.

Satisfecho con su precoz capacidad para masticar el asunto, me quedó la inquietud de plantear una situación hipotética en éste blog: Una cabeza de familia deja de existir y su cónyuge e hijos se enfrentan a una realidad aplastante, el proveedor de ingresos ha desaparecido y con él/ella la posibilidad de generar ingresos para mantener el status de vida actual; los acreedores son comprensivos pero desean recuperar las deudas, los familiares directos tienen sus propios problemas económicos como para asumir pagos de bienes ó servicios que no realizaron, los gastos de la clínica fueron mayores a los que el seguro de hospitalización reconoce, los gastos funerarios no estaban contemplados, el estado desea su tajada en impuestos sucesorales por los bienes del difunto y, para colmo, los niños hay que retirarlos del colegio privado a una institución pública porque el dinero no es suficiente para pagar su matrícula.

Ahora, me pregunto: ¿No es ésta situación lo más parecido al apocalipsis, para ésta familia?, ¿que habría sucedido si él ó ella fueran previsivos?, en el transitar de la vida cada quién elige su camino, yo decidí hace seis años asegurarme y fueron muchas las razones que me vinieron a la cabeza cuando lo hice, pero la más importante fue que no quería imaginar a mi esposa, mendigando dinero para resolver los asuntos cotidianos que demandaría mi partida.

Ahora está en usted ELEGIR que desea para la suya.

"La muerte está tan segura de su victoria,
que nos da toda una vida de ventaja"

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