martes, 20 de marzo de 2007

Anualidades: Un seguro para tu jubilación

Hoy en día que las pensiones vitalicias para los jubilados parecieran ser una bonanza del pasado y que cada vez se habla más de la “inseguridad” de los servicios de seguridad social, muchas personas ven como alternativa para asegurarse una vejez tranquila el poder crearse su propia pensión vitalicia.
A grandes rasgos, las anualidades son contratos establecidos con una compañía de seguros que convierten una inversión inicial (contribuciones) en un ingreso mensual garantizado de por vida (o en su defecto por un período determinado de años) pagadero por la empresa aseguradora al beneficiario del producto – el pensionado o anualizador - o a sus asignados o herederos.
Por lo tanto, lo que este instrumento permite es que una persona independiente, sin tener que trabajar para una empresa especial que ofrezca estos planes, pueda hacerse una anualidad y asegurarse que en un punto futuro recibirá los frutos de esa inversión en la forma de pagos de por vida (vitalicios).
Así que para hacerte tu propia pensión vitalicia lo que necesitas es aprender cómo funciona una anualidad y que tipo de anualidad se adapta mejor a tus necesidades. Por supuesto que los detalles de cada anualidad dependerán de los productos específicos de la empresa emisora – la compañía de seguros - pero también está determinada por las leyes estatales de seguros y por ciertos requisitos fiscales federales (es decir, ciertas reglas de impuestos del Departamento de Rentas Internas -IRS), estas reglas no afectan a las personas residenciadas fuera de los Estados Unidos.
La inversión inicial en una anualidad puede ser aportada de un solo golpe o en porciones mensuales durante un período de tiempo determinado que se conoce como el período de acumulación. Luego, y según las condiciones del contrato, en un momento definido comienza el período de recuperación de lo invertido (más las ganancias acumuladas) o período de anualización. Cuando se aporta dinero a la cuenta, se hace una contribución y en el momento de retirar dinero se hace una distribución.
La forma como la empresa de seguros puede garantizar que el dinero acumulado en el instrumento alcanzará para hacer pagos mientras el dueño de la anualidad viva, es porque se basan en tablas estadísticas o actuariales que les permiten “predecir” cuantos años vivirá una persona y cuánto dinero deberá distribuirse de lo acumulado, según esos cálculos.
Claro está que el período de acumulación no es otra cosa que para recolectar fondos con los que generar ganancias (intereses, dividendos, etc.) así que la empresa de seguros necesitará poner esos fondos a producir. Tú como dueño de la inversión puedes definir en qué instrumentos se invertirán los fondos: en instrumentos fijos o en instrumentos de renta variable como acciones o fondos de acciones. Una anualidad fija, por lo general es un contrato que establece que el rendimiento mínimo de la inversión está garantizado por la compañía de seguros emisora y que será de “X”% cada año. Pero si el instrumento de inversión es de renta variable, o inversión bursátil, entonces estaremos ante una anualidad variable.
Cuando decidas que tipo de inversión quieres para tu anualidad debes recordar que si eliges una renta fija estás limitando el ingreso a un porcentaje específico que puede frenar el crecimiento de tus inversiones y no producirte el crecimiento que necesites.
Si decides invertir en una anualidad variable entonces correrás los riesgos de cualquier inversión bursátil: estás expuesto a los altibajos de la bolsa y sus riesgos de perderlo todo, así como también, puedes tener mucho más rendimiento que si lo colocaras en inversiones fijas.
Las anualidades tienen muchas otras características que son intrínsecas del producto, pero tienen una ventaja: Por ser un producto de seguros escudan las inversiones contra demandas de acreedores. Es decir, el dinero acumulado en este instrumento no estará sujeto a embargos por parte de las entidades o personas a quienes les debas dinero.
Una de las ventajas de las anualidades es que puedes establecer una que te produzca una pensión mientras tú vivas y si todavía queda dinero disponible a la hora de tu fallecimiento quienes designes como tus beneficiarios recibirán el restante.
Cuando llega el período de distribución o anualización, el beneficiario decide cómo desea recibir sus pagos. La regla general es que a mayor cantidad de pagos a recibir el monto se verá reducido (a menos que elijas el ingreso mensual vitalicio, que son los intereses producidos por ese capital acumulado). El monto de cada pago mensual por los años que decidas quieres que te paguen, estará definido por cuánto has acumulado, (intereses más tus contribuciones) y la cantidad de años que recibirás el pago.
Si necesitas asegurarte que para tu retiro dispondrás de un monto particular fijo, necesitarás hacer una anualidad que te garantice un monto mínimo de distribución. Este tipo de anualidades puede requerir que compres un servicio adicional (rider) y seguramente debas pagar una prima adicional.
"El tiempo y mi dinero son el firme aliado de mi vejez"